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Mi hijo finaliza el colegio secundario y no sabe qué hacer

Mi hijo finaliza el colegio secundario y no sabe que hacer

Al finalizar el colegio secundario se transitan momentos de cambios y de toma de decisiones. Es importante reconocer dicho pasaje como un tiempo complejo tanto para los adolescentes como para sus padres.

 

Los padres refieren preocupación cuando sus hijos manifiestan el no saber qué hacer, debido a que ya es tiempo de tomar una decisión. Dicho tiempo presenta una urgencia cronológica que se enmarca en fechas delimitadas: determinado día para la inscripción a las instituciones o determinado mes para el curso de ingreso. Estas fechas generan gran presión en un momento donde se presentan muchas dudas: ¿Qué puedo hacer? ¿Dónde estudiar? ¿Estudiar o trabajar? ¿Estudiar y trabajar?, tan solo algunas preguntas que surgen en el ámbito familiar a la hora de finalizar la etapa del colegio secundario.
Así mismo, hay que tener en cuenta el tiempo que cada uno necesita para llevar a cabo dicho pasaje. Los adolescentes plantean diversas fantasías en relación a dicho momento: si les va a gustar lo que eligen, qué pasa si no les gusta, la angustia que esto les genera en relación a la posibilidad de perder tiempo, si van a poder conseguir un buena salida laboral, la preocupación de tomar una decisión equivocada.

 

En este momento de pasaje y de cambio los padres pueden desempeñar un rol activo junto a sus hijos transmitiendo seguridad y motivación en la tarea de búsqueda vocacional. Para ello es necesario saber escuchar las preocupaciones del adolescente para poder acompañar en la elección.

 

Acompañar implica comprender las necesidades del adolescente y también ayudar a delimitar las posibilidades que se abren teniendo en cuenta sus intereses.

 

Acompañar y ayudar a sus hijos a preguntarse sobre sus propios intereses que los llevarán a reflexionar para construir su camino vocacional y ocupacional.
Acompañar y brindar seguridad de que podrán avanzar en dicho camino.

 

El poder escuchar a los hijos refleja la posibilidad de reconocer que es el hijo quién decide y no los padres.

 

Todas estas cuestiones reflejan la necesidad de que el adolescente privilegie el tiempo que conlleva realizar una elección, teniendo en cuenta el proceso de maduración necesario para poder acercarse a una decisión al respecto.